Por suerte y por desgracia, el mundo de la Psicología siempre ha estado acompañado por un halo de misterio y cierto oscurantismo. Por un lado suerte porque es curioso, morboso y genera interés. Por otro lado más relacionado con el ámbito profesional, una desgracia. Una desgracia que afecta al status de la Psicología como ciencia, que precisamente no es una ciencia oscura. De este antiguo debate se han ido derivando ciertos mitos relacionados con la Psicología que forman parte hoy en día del conocimiento popular. Si bien hay algunos que pueden tener parecido con la realidad, hay otros en los que dicho parecido es pura casualidad.
Si voy a terapia significa que estoy loco.
Venir a terapia no es cosa de locos, no es requisito necesario ni suficiente estar loco y tampoco te conviertes en loco por el mero hecho de venir a hablar conmigo. De todas formas, estar loco tampoco es excluyente. Si te consideras loco, bienvenido. No encontrarás las puertas cerradas ni tampoco dosis innecesarias de juicio. Compartiremos la locura y trabajaremos sobre cómo puedes encontrarte mejor. Bienvenidos locos y locas, cuerdos y cuerdas.
Venir a terapia es para personas como tú que quieres encontrarte mejor. Para ti que tienes la suerte y la valentía de haber tomado la decisión de solicitar ayuda y vas a invertir tu tiempo, esfuerzo y dinero en poner remedio a tu sufrimiento actual. Para ti que vas a comenzar el camino que te llevará a conocerte, encontrarte y sentirte mejor. No hay prisa si todavía no has tomado la decisión. Respeta tu momento y date un margen para poder asentar todas esas emociones y pensamientos.
Tu sufrimiento y malestar son más que suficientes como tarjeta de presentación. No hay necesidad de ponerle una etiqueta a lo que te sucede. Eres una persona con una historia y un presente particulares y te sientes de esta manera como respuesta y consecuencia de ello. Hoy en día te expones a tantas y diferentes presiones que no te queda tiempo ni para observar cómo te sientes. El tiempo pasa tan rápido que cuando has querido mirarte para ver cómo te sientes te has encontrado de frente con el malestar y te ha pillado por sorpresa.
Permíteme decirte que no es locura, es una persona que sufre. Se trata de una respuesta normal a una situación que superó los recursos disponibles en aquel momento.
Si voy al Psicólogo me va a analizar.
No soy capaz de recordar en qué momento nos ganamos esa fama pero sí recuerdo el número de veces que en contextos más informales he tenido que contestar si estaba analizando a mi interlocutor. La recuerdo con una sonrisa, la respondo de la misma manera y aquí la aprovecho para explicar lo que sí hacemos.
Cuando pienso en analizar me viene la imagen de un psicólogo con larga barba blanca. Con una mano fuma en pipa y con la otra se sostiene la cabeza en postura reflexiva mientras atiende a una persona que está tumbada en un diván de espaldas a él. Puede que de aquí nos venga la fama. Sin embargo, la manera y forma de hacer terapia ha cambiado sustancialmente.
Te pediré que te sientes donde más rabia te dé y me sentaré enfrente, intentaré que no haya demasiado objeto entre nosotros para poder escuchar y atender plenamente a todo lo que quieras y necesites comunicar. Escucharé tu historia y tu presente, tu bienestar y tu sufrimiento, tus pensamientos y tus emociones y lo haré con respeto y responsabilidad. Abordaré tu caso como lo particular y único que es y trabajaremos juntos para encontrar la fuente de tu sufrimiento y sus vías de escape en la actualidad. A partir de ahí podremos apelar a tus recursos para conseguir pasar por esa situación en busca de un mayor bienestar. Recursos que tienes, que pueden estar dormidos o escondidos y cuya reactivación está condicionada a tu avance en este proceso que comienza.
Por lo tanto, analizar propiamente dicho no. Sí explorar, comprender, apoyar, recoger, devolver, guiar, experienciar, fomentar, soltar, curar, cicatrizar y finalmente, solventar y cerrar.
El mito del análisis
Ahora es tu turno. Si te han resultado interesantes estos mitos y quieres saber más sobre ellos u otros muchos, por favor, házmelo saber. Contacta conmigo para lo que necesites. Tus sugerencias serán recibidas con mucha gratitud y tus solicitudes de información o ayuda serán tratadas con el rigor, el respeto y la atención que merecen. Un abrazo.